Despedida a Ministro Pérez
El Pleno de Ministros de la Corte Suprema de Justicia, en audiencia pública, brindó una emotiva despedida al ministro del máximo tribunal José Luis Pérez Zañartu, con motivo de cesar en sus funciones al cumplir 75 años de edad.
En la ceremonia participaron el ex Presidente de la Corte Suprema Hernán Alvarez, los ex ministros de la Corte Suprema Humberto Espejo y Enrique Cury, los Presidentes de las Cortes de Apelaciones de Santiago y de San Miguel, ministros de ambos tribunales de alzada, abogados integrantes, relatores, magistrados y familiares del Ministro Pérez.
Transcribimos a continuación, palabras pronunciadas por el Presidente de la Corte Suprema de Justicia, Enrique Tapia Witting:
Nos hemos reunido nuevamente en Pleno, pero ahora con una finalidad diferente, ya que no hay actores extraños al Poder Judicial, como sucedió en la mañana en que se tomó juramento a jóvenes licenciados que salieron de la audiencia convertidos en abogados. No, el motivo, es de pesar, se trata de despedir a un querido colega y amigo: José Luis Pérez Zañartu que se aleja de trabajar con nosotros por mandato legal.
Ingresó a esta Corte el 21 de Enero de 1998 proveniente del mundo externo a la carrera judicial propiamente tal. Fue designado en uno de los cinco cupos que la Constitución Política de la República contempló, en modificación del año anterior, para completar la integración del Tribunal Supremo.
Pero José Luis no era un extraño en el Poder Judicial. En efecto, al momento de su designación era abogado de esta misma Corte y, ya antes -por dieciocho años- lo fue en la Corte de Apelaciones de Santiago y de San Miguel. Pero sin duda, fue en este último Tribunal donde se sintió en su propia casa, sus recuerdos y los de sus compañeros de la época, fluyen en él constantemente y demuestran su cariño y compenetración con el Poder Judicial y con la Corte de Apelaciones de San Miguel, en particular.
En la Corte Suprema ha sido, desde su llegada, un gran abogado defensor de este Tribunal, pero como su corazón es grande, luego y al ser designado visitador de la Corte de Apelaciones de Valdivia, ésta también ha sabido de su gran acogida.
Comenzó José Luis en esta Corte Suprema como Ministro de la Segunda Sala, pero sus inquietudes por lo social lo llevaron a anclar luego en la Cuarta Sala, donde terminó siendo su Presidente.
Hombre afable, de vastos conocimientos jurídicos, amante de la historia y especialmente de la música, no de cualquiera, sino de aquella con mayúscula, la clásica.
En sus pocos momentos libres se convierte en agricultor, claro que su terreno es pequeño, es un campo ubicado en el Sur de Chile, cerca de Los Lagos. Comprendemos, entonces, que en sus bellos parajes disfrute plenamente.
Su espíritu es abierto, dadivoso y alegre. Tuve oportunidad de conocerlo en los años 1984 u 85, en que junto a los Ministros de ese entonces, de la Corte de Apelaciones de Santiago, señor Marcos Libedinsky y de San Miguel señores, Hernán Correa de la Cerda (Q.E.P.D.) y Germán Hermosilla, viajamos en el primer grupo de invitados a Estados Unidos de Norteamérica. Al juntarnos días antes aquí en Santiago, ya que yo era el único provinciano, tuvimos una despedida en la magnífica casa de José Luis, abogado integrante de la Corte de San Miguel en ese entonces; las atenciones recibidas por parte del anfitrión fueron inolvidables.
José Luis, te extrañaremos mucho en esta Corte, tus intervenciones nos harán mucha falta.
Te invito a bajar para recibir el testimonio y aprecio nuestro, reflejado en esta medalla al mérito judicial, que te entregamos.
Felicidades junto a tus seres queridos.
Muchas gracias
Presidente Enrique Tapia, en representación del Pleno de Ministros de la Corte Suprema, entrega al Ministro Pérez la Medalla al Mérito Judicial.