Emotiva despedida a Ministro Hernán Alvarez
El pleno de ministros de la Corte Suprema de Justicia, en audiencia pública, brindó un reconocimiento al ex Presidente del máximo tribunal Hernán Alvarez García, con motivo de acogerse a retiro al cumplir 75 años de edad y una destacada carrera profesional en el Poder Judicial.
En el acto participaron Ministros de las Cortes de Apelaciones de Santiago y de San Miguel, miembros del Tribunal Constitucional, Relatores, Abogados Integrantes, Jueces y familiares del Ministro Alvarez García.
Transcribimos a continuación palabras pronunciadas por el Presidente de la Corte Suprema, Marcos Libedinsky Tschorne, en la ceremonia de despedida.
Señores Ministros y Señora Fiscal Judicial de la Corte Suprema
Señores Ministros de Cortes de Apelaciones
Señores Relatores
Señoras y Señores
Nos hemos reunido para una breve, pero solemne sesión, con el fin de despedir al Ministro Hernán Álvarez García, que culmina hoy una extensa y fructífera carrera judicial, que comenzó en Enero de 1960 en la secretaría del Juzgado de Letras de Palena.
Con posterioridad se desempeñó como Juez en ese mismo tribunal y, después, en el Segundo Juzgado Civil de Santiago, ascendiendo a Ministro de la Corte de Apelaciones de Copiapó el año 1977, para llegar a esta Corte Suprema en 1989, ejerciendo su Presidencia entre los años 2000 y 2002.
Esta hoja de vida de Hernán evidencia una peculiaridad que, creo, la distingue de la totalidad de las hojas correspondientes a los Ministros que están, o han ejercido tal cargo en este Tribunal, como es la de haber accedido a tan alto puesto desde la Corte de Copiapó. Todos sabemos que lo habitual era que el ascenso al máximo tribunal se llevara a cabo, en épocas ya superadas, casi exclusivamente desde la Corte de Apelaciones de Santiago y, con posterioridad, también se produjo, en algunas ocasiones, desde las Cortes de Apelaciones de Concepción y Valparaíso.
Tenemos también, en la actualidad, casos singulares de Ministros llegados desde las Cortes de Valdivia y San Miguel pero, la regla general, es la ya dicha: Sólo desde la Corte de Apelaciones de Santiago se podía “ganar” el ascenso a este Tribunal Supremo. En el caso de Hernán, como ya lo hemos visto, no sucedió así y aconteció algo diverso, como fue el hecho que él “ganó”, sobradamente, su cargo de Ministro de la Corte Suprema debido a su labor desempeñada ya en esta misma Corte.
El paso de una persona por el Poder Judicial, como lo hemos destacado en otras oportunidades, no es sólo un aporte a la tarea jurisprudencial, por muy valiosa que ésta sea. En la memoria colectiva, que va construyendo la historia de una institución, siempre quedan registrados los rasgos propios que la persona aporta al enriquecimiento personal de sus colegas y del servicio en que se ha desempeñado.
El paso de Hernán por la Corte Suprema no pudo ser más fulgurante y fecundo. No sólo por su actuación como Ministro, sino quizás, principalmente por su descollante actuación en calidad de Presidente de la Corte, correspondiéndole contribuir a establecer los sólidos cimientos sobre los que se construyó un Poder Judicial que hoy ya ha entrado de lleno en la modernidad y en la renovación, dejando atrás viejas estructuras y procedimientos obsoletos. Por medio del proceso de reformas judiciales se abrieron las puertas al mejoramiento de la calidad de los recursos humanos, a la agilización y eficiencia de la capacidad administrativa, al fortalecimiento del juez y a una mejora general de la función tribunalicia.
Hernán: En el transcurrir inexorable del tiempo, en que tu investidura se vio resaltada por la dignidad y el señorío, llegó el momento en que debes concluir tu misión, con la satisfacción de haber cumplido con la ardua, pero noble tarea de administrar justicia durante cuarenta y cinco años.
Queremos que lleves siempre entre tus recuerdos el afecto de tus colegas judiciales que hoy te acompañamos y de todos quienes, en alguna oportunidad, trabajaron contigo. Hoy la justicia te devuelve a los brazos de tus hijos y nietos y lamenta no poder devolverte también a los de Bernardita, quien te acompañó en los años más sacrificados de tu vida judicial.
En representación del Pleno de Ministros de la Corte Suprema, su Presidente Marcos Libedinsky, entregó la Medalla al Mérito Judicial al Ministro Hernán Alvarez García.