Ceremonia de Juramento

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Ceremonia de Juramento

Treinta y siete Licenciados en Ciencias Jurídicas egresados de distintas universidades del país, obtuvieron su título de Abogado luego de prestar juramento ante el pleno de Ministros del máximo tribunal. La de hoy fue la sexta ceremonia de este tipo efectuada durante el presente año.

Transcribimos a continuación palabras del Presidente de la Corte Suprema de Justicia Marcos Libedinsky Tschorne, dirigidas a los nuevos abogados.

Colegas Magistrados de la Corte Suprema
Señoras y Señores
Nuevos Abogados

Hace sólo unos días atrás, en una audiencia similar a la presente y con la misma finalidad, esto es, que esta Corte Suprema les otorgue a Uds., Licenciados en Ciencias Jurídicas y Sociales, el título de abogado, nos referíamos a ciertas características que debía ostentar, o bien adquirir a través del ejercicio profesional, el abogado dedicado a litigar ante los tribunales de justicia. Expresábamos que ese abogado debía desempeñar el papel de actor en la realidad que lo circunda, contribuir a definirla, infundirle nuevo espíritu y ayudar a conformarla de una manera distinta si fuere necesario.

Podemos agregar, en esta nueva oportunidad, que los hombres, en términos generales -y atendiendo a la forma cómo participan en el transcurrir de la vida- pueden dividirse en tres grandes grupos: Los que van en el desfile, los que miran el desfile, y los que ni siquiera saben que hay un desfile, esos que “no están ni ahí”, en el lenguaje de la juventud de estos días.

El primer grupo representa una minoría, arbitrariamente fijémosla en un 20%. Son personas que hacen que las cosas sucedan. Siempre están transformando las cosas para procurar mejorarlas. Crean y se adelantan a su época.

El segundo grupo determinémoslo, aproximadamente, en un 30% de la población. Ellos no van en el desfile, pero lo observan. Habitualmente lo comentan diciendo cosas tales como “Que lindo desfile. Cómo me gustaría ir en él. Pero no estoy preparado. Tengo demasiadas responsabilidades. Estoy viejo”. Y miran como el desfile se aleja.

El tercer grupo abarca el resto de la población, los que ni saben que se desarrolla un desfile. Los “que no están ni ahí”, aunque no lo reconocen francamente.

Pues bien, un buen abogado y, particularmente, uno dedicado a litigar, debe necesariamente formar parte del primer grupo. De los que van en el desfile. De los que hacen que las cosas sucedan. De los que batallan por hacer variar la jurisprudencia que les era desfavorable y obtener, en cambio, sentencias que den lugar a sus pretensiones.

Un filósofo, se extrañaba de la mediocridad y falta de creatividad del hombre contemporáneo. Decía “alguno escribe la gran música, otro la toca, la interpreta a su propio modo, y nosotros la escuchamos, gozándola o criticándola. Somos el público que observa a los actores, a los jugadores de fútbol o que mira la pantalla del cine. Otros escriben los poemas y nosotros los leemos; otros pintan y nosotros nos embobamos con sus pinturas. No tenemos nada y cada vez más la civilización moderna nos está destruyendo, nos vacía de toda creatividad”.

Eso no le puede suceder a un buen abogado litigante. Este abogado es una suerte de guerrero comprometido en una lucha. Ejercer su profesión significa enfrentar a un adversario. Tiene frente a sí al abogado litigante seleccionado por la contraparte. El proceso coloca a dos intelectos entrenados en el arte de la solución de conflictos, en posiciones contrapuestas. El esfuerzo de un abogado dirigido a persuadir y convencer al juez debe tomar en cuenta la presencia polémica del abogado adversario. El talento, la inteligencia, el conocimiento y la experiencia de un abogado serán aplicados en la conquista del objetivo: Lograr una sentencia favorable a los intereses de su cliente.

Pero, cuidado, la abogacía, como lo señala un autor, consiste en algo más que hacer triunfar una pretensión, o ganar un juicio. La justicia no podría funcionar sin abogados, porque precisa que estos profesionales le presenten los casos al juez, para que éste pueda aplicar la ley y afirmar el derecho objetivo. Su deber es hacer valer el interés de una parte para que el juez pueda hacer valer la justicia. Al interés de una parte, y de su abogado, corresponde el desinterés del juez. A la parcialidad de aquéllos, la imparcialidad del juzgador.

Pero, en fin, eso nos llevaría a otros temas. Mis deseos finales para Uds., jóvenes abogados, son que tengan éxito en su lucha por el derecho, y que ese éxito los llene de satisfacción a Uds. y a sus seres queridos que los acompañan en esta audiencia.

Muchas gracias

Nómina de Abogados

01.- AZOCAR VILLENA, MARIA CELESTE
02.- BARTOLUCCI KONGA, MARIA PAZ
03.- BENITEZ RODRIGUEZ, ASTRID CATALINA
04.- BOZA IRARRAZAVAL, MARIA ELENA
05.- BUSTAMANTE DONOSO, PEDRO JOSE
06.- CALVO GATICA, CRISTIAN YURI
07.- CASTRO JIMENEZ, ALONDRA VALENTINA
08.- CEPEDA BAÑADOS, DANIEL MARCELO
09.- CORTES GASAUI, GERARDO ALFREDO
10.- ESCANDON SLATER, ENRIQUE ALBERTO
11.- ESCOBAR MARTINEZ, MACARENA
12.- ESPINOZA CASTILLO, HUGO LUIS
13.- FERNANDEZ RUBILAR, TAMARA VALENTINA
14.- FIGUEROA LOPEZ, JORGE RENATO
15.- FUENTES IZA, PABLO ANDRES
16.- GARATE ROMERO, ANA MARIA
17.- GARCIA CHEVECICH, ROSANNA MARIA
18.- GOMEZ FRANCO, MAGNA ELENA
19.- GUZMAN GODOY, MARCIA MAGDALENA
20.- HERRERA GENERAL, ALVARO FRANCISCO
21.- HORWITZ ZANOLLI, CRISTOBAL JOSE
22.- ITURRA JAUREGUI, MACARENA
23.- LOPEZ LABARCA, FRANCISCO EDUARDO
24.- LOUSTALOT OVALLE, CRISTIAN
25.- MARIN LARRAIN, RODRIGO
26.- MARIN ROJAS, FELIX GUILLERMO
27.- MENESES TRINCADO, MARIA HORTENSIA LISSETTE
28.- MONTESINO BIANCHI, MARIA JOSE
29.- MORALES LOPEZ, ANDREA MARIA
30.- MUÑOZ REBOLLEDO, DANIELA MARCELA
31.- MUÑOZ SCHIATTINO, STELLA MARIA
32.- NEUBAUER ROJAS, KAREM IRENE
33.- PRUNES LETELIER, MARTIN
34.- QUEVEDO DIAZ, CAROLINA IVONNE
35.- RODRIGUEZ RODRIGUEZ, ANGELA DEL PILAR
36.- SANDOVAL TOLEDO, JUAN CLAUDIO
37.- SILVA WALBAUM, ADOLFO CARLOS