DECLARACION PUBLICA

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DECLARACION PUBLICA

Enfrentados a la necesidad de reparar daños causados al honor de funcionarios judiciales, y a la propia imagen del Poder Judicial, en relación con las recientes declaraciones vertidas a través de diversos medios de comunicación social por Monseñor Luis Infanti de la Mora, Obispo de Aysén, se ha estimado necesario efectuar la siguiente declaración:

El día 19 de febrero en curso Monseñor Infanti calificó de “fracaso” la investigación en el caso Matute. “Los hechos lo demuestran”, señaló y relacionó la desaparición del universitario con los supuestos suicidios de 12 jóvenes en Aysén. “Hay mucha cercanía entre ambos casos. ¿hay incapacidad de los jueces para abordar estos casos, hay mala voluntad de ellos o podría haber incluso complicidad con ciertos poderes para que no se llegue a la verdad?” se preguntó Monseñor Infanti.

Las respuestas a las preguntas del señor obispo de Aysén son las siguientes: La cercanía entre ambos casos no se divisa: en uno se trata de un homicidio, al parecer ya establecido, o por establecerse; y en el otro de la muerte de doce jóvenes que no se ha logrado determinar si constituyen o no delitos. Si el señor Obispo busca similitudes, a lo mejor, podría encontrarlas entre la muerte de los 12 jóvenes ocurridas entre los años 1997 y 2000 en Puerto Aysén y los 11 suicidios y 27 intentos de suicidio, posteriores, verificados en la misma localidad entre los años 2000 y 2003, según se da cuenta detallada, en nombres y circunstancias, en un ejemplar de “El diario de Aysén” correspondiente al día 17 de Enero pasado. En estos últimos casos, no obstante evidentes similitudes en particularidades y lugares con los anteriores, no ha trascendido que ni el señor Obispo ni persona alguna pretendan que existen algunas circunstancias ocultas y tortuosas que otorguen la calidad de delictual a estos hechos.

En cuanto a la incapacidad de los jueces para abordar estos casos, no especifica el señor Obispo en qué consistiría esa incapacidad. Se trata de jueces que forman parte del Escalafón Judicial, que son calificados anualmente y que si adolecieran de alguna incapacidad para el desempeño de sus cargos, lo más probable es que ya hubieran sido separados del servicio judicial.

En lo referente a la mala voluntad de los mismos jueces para tramitar las causas sometidas a su conocimiento, baste señalar que en lo referente a la muerte de los 12 jóvenes en Aysén, que es la que particularmente preocupa al Obispo Infanti, el 8 de septiembre último en Acuerdo de Pleno recaído en una intervención en la Cámara de Diputados del Diputado don Jorge Ulloa Aguillón relativa a “una importante cantidad de jóvenes que aparecieron muertos en Coyhaique, Undécima Región” y que fuera transcrita a esta Corte mediante oficio Nº 5374, de 6 de agosto del 2003, se resolvió, en lo pertinente, lo que a continuación se transcribe:

“3.- Manifestar que esta Corte no necesita de requerimientos, de la índole de los formulados por el Diputado señor Ulloa, para ejercer a cabalidad la superintendencia que la Constitución Política y la ley le confieren privativamente sobre todos los tribunales de la República; y hacer presente que, sin vulnerar la autonomía de la señora Ministro designada por este tribunal para sustanciar los procedimientos en que inciden estas intervenciones, ha estado permanentemente al tanto de sus actuaciones, merced a los informes que periódicamente recibe de su parte y otros medios, los que han dado cuenta de la intensa actividad que ha llevado a cabo la magistrada en las diversas causas que comprende su visita, ninguna de las cuales se refiere a “jóvenes que aparecieron muertos en Coyhaique”, como se sostiene en la intervención del Diputado, ya que los fallecimientos que se investigan se produjeron en el Río Aysén y otros puntos de la Undécima Región, y “4.- Ordenar el archivo de los antecedentes, previa transcripción del presente acuerdo a la Cámara de Diputados y a la Corte de Apelaciones de Coyhaique”.

Ahora, por último, en lo atinente a la afirmación que por parte de los jueces “podría haber incluso complicidad con ciertos poderes para que no se llegue a la verdad” el señor Obispo se adentra en un campo peligrosamente cercano a una imputación delictual. Nos limitaremos, por tal motivo, a hacerle presente, categóricamente, que en el Poder Judicial chileno, no se dan casos en que los jueces, que siempre se han caracterizado por su integridad y honradez en el ejercicio de sus funciones, entren en complicidad con delincuentes.

Dirección de Comunicaciones
Del Poder Judicial

Santiago, 20 de febrero de 2004